Juan Emilio Rios e Ireneo Ruiz, editan su primer libro en común

Hoy les presentamos, el último libro del autor algecireño, aunque afincado desde hace muchos años en Manilva, Juan Emilio Rios.

En una bonita edición, ideal para regalar en estas fechas, Juan Emilio Rios, se lanza a una nueva aventura, en este caso, junto a Ireneo Ruiz, pintor neo-surrealista del Campo de Gibraltar, aunque Ceutí de nacimiento.

El libro ya está a la venta y podemos encontrarlo en la papelería “Más que Letras” en Sabinillas.

A medida que vamos adentrándonos en sus páginas, podemos ver como se conjugan a la perfección, los poemas escritos tanto en inglés como en español, con las imágenes de este pintor y amigo del poeta algecireño.

Sus páginas desprenden nostalgia y amistad, poemas que embelesan el alma e imágenes que hacen que nuestra mirada se fije una y otra vez en ellas, tratando de adivinar su contenido, su significado, a través de nuestra retina.

El pintor dijo alguna vez, que su estilo, consiste en no tener estilo; aunque en su obra encontramos preciosos retratos de diferentes localizaciones, que nos hacen querer caminar en ellos; conjugados con otros en los que podremos adentrarnos en un galimatías de pensamientos que llegarán a nuestra mente con una interpretación totalmente libre, mientras que el poeta va describiéndonos y ofreciéndonos pistas de lo que a su entender, nos ofrece el pintor, realzando la obra de aquel que durante años, supo llegar al alma humana de una u otra forma. Gaudeamus Igitur, como reza uno de los poemas (alegrémonos pues).

Antes de concluir queremos quedarnos con el primer párrafo que abre este libro y que Rios dedica a su amigo Ruiz:

Ireneo captura en sus cuadros recuerdos, emociones y sentimientos tal como una cinta de cassette hace con la música que la encierra en su frágil cuerpo para decodificarla después en un aparato reproductor que en el caso que nos ocupa sería la mente del que mira la obras, las analiza y las hace suyas. Así al ojo del receptor, al ver el cuadro, recibe todo un crisol de sensaciones que permanecen, como en ámbar, dormidas en el lienzo, latentes, esperando una mirada cómplice que le positive en el cerebro del que observa.

Redacción: RTV Manilva

scroll to top